sábado, 12 de octubre de 2013

6.3.- Gestión de la sanidad. GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE (E-5). Serie: Guías de Agricultura Ecológica del Proyecto mayas.

6.3.- Gestión de la sanidad.
Tabla No 13.- Prácticas culturales favorables a la sanidad de los agroecosistemas.


(Adaptado de Altieri, 1984).
La salud o enfermedad de la planta, o del cultivo, es la expresión del agroe-
cosistema en el que crece, más la intervención humana, ya que aquí se encuen-
tran los factores que condicionan los equilibrios biológicos. El progreso de una afec-

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

ción resulta de la interacción entre hospedante (planta), parásito (plaga o enferme-
dad) y medio ambiente. Además de esta trilogía, en los sistemas agrarios se aña-
de la intervención del agricultor, representante del modelo que tiene cada socie-
dad de producir alimentos y que con determinadas prácticas de cultivo favorece o
perjudica a alguna de estas partes.
Para gestionar la sanidad de la parcela el agricultor ha de conocer los elemen-
tos con los que trabaja.

Las plantas viven de forma natural en ecosistemas complejos en interacción con
muchos otros organismos, algunos de los cuales son parásitos, y por tanto las plan-
tas soportan tasas naturales de parasitismo. Esta convivencia es fruto de una coe-
volución en la que cada especie desarrolla estrategias propias que le permiten
sobrevivir en el medio, estrategias que se han desarrollado a través de una continua
competencia con las otras especies por el espacio o los recursos.

Esta adaptación al medio ambiente se reduce en las especies cultivadas, ya
que cuentan con los cuidados del agricultor. Esta adaptación es característica pro-
pia de las variedades locales, frente a las variedades “mejoradas” que tienen una
dependencia mayor de los cuidados.

El clima local, especialmente la temperatura y la humedad, son factores impre-
visibles pero que condicionan en gran manera la salud del agroecosistema.
El manejo del agroecosistema, tanto el suelo como las labores, pueden situar a
las plantas en buena situación, si son adecuadas, o en situación desfavorable, si son
inadecuadas.

- Las técnicas de gestión de la sanidad se basan en:
- El manejo de los factores ambientales, conociendo su funcionamiento.
- El apoyo a las propiedades de equilibrio y regulación con que cuentan los sue-
los maduros.
- La salud individual de la planta, aumentando su resistencia por características
varietales o con sustancias de refuerzo autorizadas.

En horticultura ecológica se deben utilizar todos los recursos preventivos de que
se puedan disponer para situar cada parcela en las condiciones ambientales más
favorables. Además la sanidad de los cultivos se puede incrementar mediante las
siguientes pautas:

Creando un ambiente adecuado: conociendo y aprovechando el clima local
que influye en el diseño de la parcela y su orientación. Velando por el equilibrio
agua/aire en el suelo, evitando compactaciones.
Estableciendo una buena rotación de cultivos: tal y como se ha comentado
en el Punto 6.2.3.

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6. MANUAL BÁSICO DE HORTICULTURA ECOLÓGICA

Utilizando material vegetal adaptado y resistente. La agricultura tradicional, a
lo largo de generaciones, ha obtenido variedades adaptadas a sus agroecosiste-
mas con cierto grado de resistencias a los patógenos del lugar, ya que se cultivan
poblaciones con mezclas de individuos sensibles y resistentes, dentro de un equili-
brio entre múltiples componentes.
Realizando las técnicas de cultivo oportunas. Son numerosas las intervencio-
nes posibles: así la profundidad y la densidad de la siembra, si son inadecuadas,
pueden llevar a los cultivos a situaciones que favorezcan la presencia de enferme-
dades.

Si se realizan podas suaves, eliminando partes viejas o dañadas de las plantas,
se incrementa la aireación de éstas, aumenta la insolación y se reduce la presen-
cia de patógenos, y todo ello favorece su control.

El manejo de los residuos del cultivo anterior mediante compostaje o enterrado
de los mismos cuando se realizan las labores de preparación del terreno para la
siembra o el transplante, es una buena práctica. Aunque en ocasiones los residuos
frescos pueden incrementar algunas enfermedades, en cuyo caso es aconsejable
su compostaje.

Conviene evitar realizar heridas o cortes importantes en los tejidos vegetales por-
que pueden ser la puerta de entrada de algunos patógenos.
La destrucción de órganos y plantas infectadas es importante. Así como evitar
los patógenos de las semillas y del material propagado vegetativamente, median-
te técnicas correctas de obtención de semillas y producción de plantas en semille-
ros.

Fertilización equilibrada, sin exceso de nitrógeno. Son muy numerosas las refe-
rencias sobre la relación entre fertilización y la presencia y desarrollo de plagas y
enfermedades. Una nutrición vegetal adecuada y equilibrada reduce el impacto
de los problemas sanitarios, mientras que una nutrición desequilibrada afecta al
desarrollo de patógenos y enfermedades.

Se ha propuesto la teoría de la “trofobiosis” como explicación a estas relaciones
entre nutrición y sanidad. Según F. Chaboussou (1985), la planta es más frecuente-
mente afectada por una plaga o enfermedad si su estado bioquímico responde a
las exigencias alimentarias del parásito, y las prácticas de fertilización y sanidad
vegetal modifican la composición de las plantas en el interés de los patógenos.
Una gran ayuda consiste en asegurar determinados niveles de materia orgánica
para mantener funcionales las poblaciones microbianas de la tierra; en caso con-
trario “...cuando el sistema se simplifica disminuyen las formas saprófagas y
depredadoras y, en consecuencia, las especies fitófagas y fitoparásitas alcan-
zan un mayor desarrollo y llegan a transformarse en plagas y enfermedades”
(Bello, 1988).

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

Los aspectos sanitarios preocupan mucho a los agricultores que inician la recon-
versión a la horticultura ecológica. Un gran número de patógenos parece que ame-
nazan los cultivos, que al ser de ciclo corto no dan tiempo a estrategias de medio
plazo para su control. La situación parece preocupante, pero hay que abordarla en
sus justos términos. La preocupación básica debe ser la de conseguir un agroeco-
sistema sano y equilibrado y considerar los problemas sanitarios como desequilibrios
del sistema, buscando las causas y no solo curando los efectos.

El principal factor de estabilidad y equilibrio en el agroecosistema es la diversi-
dad biológica que contiene y las funciones de regulación que realiza. Un desequi-
librio provocado por una labor mal realizada, una rotación inadecuada u otra inter-
vención desfavorable hace vulnerable el sistema a especies oportunistas, que incre-
mentan rápidamente sus poblaciones y se convierten en plagas o enfermedades.

Tabla No 14.- Orientaciones básicas para el control de enfermedades.


(Adaptado de Messiaen, 1995).

6.3.1.- Fauna útil y control biológico.

La fauna útil la podemos clasificar en parásitos (también denominados parasi-
toides) y depredadores. Los parásitos se caracterizan por tener gran especificidad
frente a la plaga sobre la que actúan, por lo tanto se alimentan de una sola espe-
cie o de muy pocas, a las que atacan en una fase de su desarrollo biológico. Por
el contrario los depredadores atacan y destruyen a un gran número de presas en
diferentes estadios biológicos, pero su especificidad es muy baja.

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6. MANUAL BÁSICO DE HORTICULTURA ECOLÓGICA

Se deduce de lo expuesto que son los parásitos los que realiza un mejor control
de una plaga concreta, aunque en un primer momento, para bajar poblaciones, la
acción concertada de una mezcla de especies es la mejor garantía de éxito.

Entre los parásitos cabe destacar en el grupo de de los dípteros a los Tachinidos,
que atacan las orugas; entre los Himenópteros, distintas especies de Aphelinus sspp.
Muy eficaces contra pulgones; Trichogramma sspp. contra orugas; y Encarsia for-
mosa contra la mosca blanca de los invernaderos (Trialeurodes vaporariorum).

Todos ellos bastante conocidos y usados.

Entre los depredadores hay que mencionar los siguientes grupos:

- Coleópteros: Coccinélidos como la mariquita de siete puntos (Coccinella
septempunctata), o la de dos puntos (Adalia bipunctata), que atacan a los
pulgones en todos sus estados tanto del depredador como de la presa; tam-
bién Stethorus punctillum, muy eficaz contra la araña roja.
- Dípteros: a este orden pertenecen las familias de sírfidos y cecidómidos (Aphi-
doletes aphidimiza), muy activos contra pulgones.
- Neurópteros: engloba la familia de los crisópidos, aunque estos depredado-
res son generalistas, las especies que más atacan a los pulgones son Crysopa
formosa y Chrysoperla carnea. También Conwentzia psociformis, muy eficaz
contra araña roja.
- Hemípteros: entre los chinches destacan las familias de los Antocóridos y los
Míridos. De la primera los dos géneros más activos son Anthocoris y Orius, y de
los Míridos destaca la especie Cyrtopelis tenuis, todos ellos son polífagos, aun-
que destaca su acción contra ácaros y trips.
- Ácaros: los más importantes son los fitoseidos, que incluyen las especies
Amblyseius californicus y Phytoseiulus persimilis. Ambos son eficaces y utiliza-
dos contra la araña roja en invernadero realizando sueltas.
- Himenópteros: Aunque este orden incluye mayoritariamente parasitoides,
también cuenta con depredadores como Diglyphus isaea, muy eficaz contra
el minador de la hoja del tomate: Liriomyza trifolii, en invernadero.

También hay que considerar como medio de control biológico la utilización de
antagonistas, campo de estudio en el que se está trabajando intensamente, prin-
cipalmente con hongos y bacterias.

- Promete ser eficaz el hongo Trichoderma sspp. que es antagonista de pató-
genos hortícolas como Sclerotinia sspp. o Rhizoctonia sspp., en suelos ricos en
materia orgánica y con gran diversidad biológica, suele presentarse de forma
natural el hongo Trichoderma sspp, cuando esta presencia no se percibe, el
método consiste en inocular el suelo con la especie antagonista para que
desplace por diversos mecanismos a la especie patógena, después solo hay
que cuidar que se mantenga esta situación con un manejo adecuado.

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

- Otras especies, como Verticilium lecanii, provocan enfermedades a insectos
(pulgones, moscas blancas, cochinillas). Generalmente necesitan alta hume-
dad ambiental para reproducirse y actuar, por lo que van mejor dentro de
invernadero. Otras como Verticillium chlamidosporium son parásitos efectivos
de huevos de nemátodos.

6.3.2.- Sustancias minerales.

El Reglamento de la Producción Agraria Ecológica recoge una serie de sustan-
cias autorizadas que poseen efecto positivo sobre la sanidad de los cultivos y que
pueden ser utilizadas por los agricultores ecológicos, aunque su uso no debe plan-
tearse con la misma filosofía del control químico convencional. Estos productos se
utilizaran sólo cuando sean imprescindibles y algunos de ellos requieren además de
la autorización del organismo oficial de control. También hay otras sustancias que
tienen autorización provisional y su uso puede prohibirse en un futuro cercano.

Entre los distintos productos que pueden utilizarse destacan: el azufre y las sales
de cobre, fungicidas ambos utilizados desde principios del siglo XX, por lo que se
cuentan entre los productos de sanidad agrícola más antiguos.

- El azufre es un buen fungicida, sobre todo para controlar los oidios. Además
tienen un buen efecto acaricida y se aplica en forma de polvo “molestan bas-
tante a la mayoría de los insectos nocivos.
- El cobre está muy cuestionado porque es un metal pesado que se acumula
en los suelos y también porque afecta negativamente a las micorrizas. Actual-
mente tiene un periodo máximo de utilización, según el Reglamento vigente,
y una dosis máxima de aplicación por hectárea y año. Los compuestos cúpri-
cos son muy efectivos para controlar mildius y bacterias. De los distintos formu-
lados existentes se destacan el acetato de cobre, que no produce manchas,
y el carbonato de cobre por su baja toxicidad.

6.3.3.- Biopesticidas.

Son preparados con acción insecticida cuyo componente activo es un ser vivo:
así son hongos, bacterias o virus que producen enfermedades específicas exclusi-
vamente a los patógenos a los que van dirigidos.

Entre ellos cabe destacar:

- Bacillus thuringiensis, preparado a partir de bacterias con razas especializa-
das contra distintas especies de Lepidópteros (orugas), Dípteros (moscas) y
algunos Coleópteros (escarabajos como el de la patata y gusanos de suelo).

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6. MANUAL BÁSICO DE HORTICULTURA ECOLÓGICA

Tabla No 15.- Variedades de B. thuringiensis y su espectro de acción.


- Algunas especies del género Beauveria, hongo patógeno de Lepidópteros, B.
bassiana, bastante eficaz contra moscas blancas.
- Verticillium lecanii eficaz contra pulgones y moscas blancas.
- Y los virus de la granulosis o los poliedrosis nuclear que afectan a Lepidóp-
teros Tortrícidos y Lepidópteros Noctuidos.

Por otra parte, son “insecticidas de ingestión” que tienen poca persistencia y una
acción más lenta que los insecticidas convencionales, por lo que las plagas debe-
rán consumir una cantidad adecuada de toxinas o cápsulas virales en el menor
tiempo posible, para que su eficacia sea la correcta, por lo que se añadirá azúcar
al 0.5% al caldo que se va a aplicar.

6.3.4.- Feromonas.

Son sustancias producidas por los mismos insectos que sirven para comunicarse
con los de su especie. Se clasifican en sexuales, de agregación, de alarma o de
ovoposición.

Las más conocidas y utilizadas son las sexuales, que sirven, por un lado para
conocer el riesgo de ataque mediante trampas y la evolución de las poblaciones;
y por otro para acciones de control de plagas mediante la técnica de confusión
sexual o captura masiva.

Su eficacia reside en alta especificidad y selectividad, por lo que actúan sobre
cada especie y no molestan a resto de la fauna de la parcela.

Se utilizan efectivamente contra:

El taladro del arroz, Chilo supresalis.

Para muestrear orugas de cultivos hortícolas: oruga del tomate (Helicoverpa
armigera), Plusia gamma, rosquilla negra (Spodoptera littoralis), taladro de la alca-
chofa (Hydroecia xantenes), gusano gris (Agrotis segetum), oruga de la col (Mames-
tra brasicae).

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

Para programas de control mediante captura masiva en trampas cebadas, por
ejemplo en el cultivo del tomate para la polilla (Tuta absoluta).

También contra otras plagas de campo y de almacén.

6.3.5.- Derivados de las plantas.

Entre los distintos productos autorizados los preparados vegetales constituyen
una herramienta de trabajo muy adecuada y útil. Son productos a base de sustan-
cias producidas por las plantas, algunas de las cuales han sido utilizadas desde anti-
guo en la agricultura tradicional. Su eficacia depende de muchos factores, no
todos ellos controlables totalmente, y por ello los resultados pueden ser variables: en
función del estado del cultivo, las condiciones de extracción, la calidad de la plan-
ta de la cual se extrae la sustancia, las condiciones climáticas en el momento de
realizar la aplicación, etc.

Pueden reforzar la fortaleza natural de las plantas, sobre todo en condiciones de
estrés: falta de agua o nutrientes, ataques fuertes de insectos, etc., favoreciendo sus
mecanismos de defensa. También pueden repeler o suprimir a los patógeno
mediante sustancias inhibidoras.

Los más utilizados son:

- Los preparados a base de pelitre (extracto de Chrysanthemum cinerariaefo-
lium), son insecticidas generalistas eficaces.

- También están autorizados los preparados a base de Quasia amara y Ryania
speciosa, cola de caballo o equiseto (Equisetum arvense), muy rica en sílice,
la ortiga (Urtica dioica y Urtica urens), y los extractos de algas verdes o marro-
nes (Laminarias, Ascophyllum, Fucus, etc.).

- El neem es un extracto del árbol Azadirachta indica, originario del sudoeste
asiático. Posee una sustancia llamada azadiractina que se ha mostrado eficaz
contra más de 130 plagas, siendo altamente efectivo, relativamente inocuo
para la fauna útil y sin haber desarrollado resistencias en fitófagos. Su efecto
se basa en interferir en la fisiología del insecto de diversos modos: es inhibidor
de la alimentación, perturba la fecundidad y produce esterilidad, altera el
desarrollo del huevo, tiene un efecto larvicida y, por último, perturba la meta-
morfosis. Está autorizado su extracto vegetal, pero los preparados a base de
la materia activa, la azadiractina, sólo lo están para floricultura y producción
de semillas.

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7. DESCRIPCIÓN DE LAS PRINCIPALES PLAGAS

7. DESCRIPCIÓN DE LAS PRINCIPALES PLAGAS
Josep Roselló i Oltra
Estación Experimental Agraria de Carcaixent,
Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, Generalitat Valenciana

Los seres que consideramos “plagas” de los cultivos son, dentro del agroecosistema,
herbívoros, también llamados fitófagos, es decir: los primeros que se aprovechan de
los productores primarios (las plantas). Forman parte de la cadena alimentaria (tró-
fica) del sistema y por encima de ellos aparecen otras especies que viven de ellos,
entre los cuales destacan los parásitos (parasitoides) y los depredadores, enemigos
naturales conocidos y utilizados en el control biológico.

Así pues los fitógafos realizan su trabajo, y cuando provocan un determinado
nivel de daño económico es cuando deben ser considerados “plaga”. Tienen
como característica su estrategia oportunista, es decir, aparecen y se multiplican
rápidamente cuando existe una fuente abundante de alimento y cuando el agro-
ecosistema tiene pocos mecanismos de regulación que controlen su población.

Así pues, en un modelo de gestión sostenible, se debe cuidar que no existan
situaciones que generen desequilibrios, tales como excesos puntuales de nutrientes
que estimulan su desarrollo; y que la diversidad presente, junto a las prácticas ade-
cuadas de cultivo, dificulten su propagación excesiva por mecanismos de compe-
tencia, depredación, parasitismo, etc.

7.1. Los pulgones.

Estos insectos son visitantes asiduos de los cultivos, por lo que interesa conocerlos
bien. Existen numerosas especies que varían en la forma y coloración del cuerpo,
que puede ir desde el blanco al negro, pasando por el amarillo, el verde y el par-
do. Algunos tienen el cuerpo recubierto de una secreción cerosa o algodonosa.

Entre las especies más comunes en los cultivos hortícolas cabe mencionar:

- Myzus persicae: pulgón verde del melocotonero que como es polífago afec-
ta a multitud de especies, Hortícolas, leñosas, ornamentales, silvestres, ...

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

- Aphis gossypii: pulgón negro.
- Aphis fabae: pulgón negro de las habas.
- Aulacorthun solani: afecta a distintas especies de solanáceas (patata, pimien-
to, tomate, ...).
- Macrosiphum euphorbiae: pulgón verde de la patata.
- Brevicoryne brassicae: pulgón ceniciento de las coles.
- Nasonovia ribis-nigris: pulgón de la lechuga que también afecta a otros culti-
vos, como el pimiento.
- Programa radicis: pulgón de las raíces de la alcachofa.

Suelen presentan ciclos biológicos complicados según necesiten un hospedan-
te o más de uno. Y generalmente presentan polimorfismo, pudiendo encontrar
insectos alados e insectos sin alas.

Sus picaduras debilitan a las plantas, en algunas incluso se producen agallas o
deformaciones. También la melaza que producen es el inicio de la negrilla, un hon-
go que vive sobre este substrato rico en azúcares. Pero el riesgo mayor de sus pica-
duras es que pueden transmitir virus si previamente el insecto ha picado en una
planta virótica y se ha infectado.

Suelen vivir en colonias, con una mezcla de individuos jóvenes y adultos, normal-
mente sin alas, ya que éstas aparecen en algunos ejemplares que se dispersan y
buscan nuevas plantas donde formar nuevas colonias. Prefieren las hojas en creci-
miento y los brotes tiernos donde encuentran un alimento más nutritivo.

La elevada capacidad reproductora de los pulgones y su abundancia pobla-
cional les convierten en presas para numerosos enemigos naturales (parásitos,
depredadores y hongos entomopatógenos que los enferman). En cada caso hay
que evaluar si el nivel de enemigos naturales presentes es suficiente para controlar
la población de los áfidos.

Si el control natural es suficiente no se debe realizar ninguna otra intervención. Si
es insuficiente o no se detecta, la actuación comenzará con productos poco enér-
gicos, como el jabón potásico, que permite limpiar y ganar tiempo para la llegada
de los auxiliares. Si este tratamiento de limpieza si no es suficiente, hay que pasar a
la aplicación de productos más efectivos como el aceite parafínico. En último extre-
mo se podría recurrir al uso de sustancias como el pelitre.

7.2. Las moscas blancas.

Aunque existen diversas especies, las más frecuentes son Trialeurodes vaporariorum
(mosca blanca de los invernaderos) y Bemisia tabaci (conocida como bemisia o

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7. DESCRIPCIÓN DE LAS PRINCIPALES PLAGAS

mosca blanca del tabaco), más abundantes en invernadero que al aire libre, ya
que son especies de climas cálidos.

En su ciclo biológico pasan primeramente, tras salir de los huevos, por una fase
de larva redondeada, que tras realizar tres mudas alcanza el estado ninfal del que
después emergen los adultos que darán lugar a una nueva generación. Ambas
especies tienen un elevado poder de reproducción y afectan a multitud de cultivos.

Producen abundante melaza, lo que favorecen la aparición de negrilla. Pero el
daño principal se no se debe solamente a la picadura en las hojas que puede lle-
gar a ocasionar su caída, sino, sobre todo a la elevada capacidad para transmitir
virosis, siendo Bemisia más agresiva que Trialeurodes.

Su control no debe ser dificultoso en ambientes cerrados dado que existen pará-
sitos como Encarsia formosa que actúa muy bien sobre las larvas. También se pue-
de afrontar el control biológico aprovechando la acción de numerosos depredado-
res generalistas (crisopas, mariquitas, Amblyseius swirskii, etc.), que incluso pueden
introducirse artificialmente mediante sueltas en los invernaderos y parcelas de culti-
vo. La acción de los parásitos y depredadores se verá favorecida pro la presencia
en la parcelas, o en sus alrededores, de setos vivos y plantas con flores que les sir-
van de refugio. Además, se puede disponer también de hongos entomopatógenos
como Verticilium lecanii y Beauveria bassiana.

Si el control natural no fuera suficiente, se puede utilizar jabón potásico, neem y
aceites vegetales o parafínicos para su control.

Además de estas dos especies, que ya se ha indicado son las más abundantes
y polífagas, hay que mencionar también a la mosca blanca de las coles, Aleyrodes
brassicae, que en los últimos tiempos está ocasionado problemas debido a las pro-
gramaciones de cultivo de las brasicas que mantienen permanente el suministro de
alimento y favorecen la proliferación de diversas generaciones. En esta tesitura, una
medida eficaz de control es la rotura de los ciclos mediante rotaciones y asociacio-
nes de cultivo adecuadas.

7.3. Las orugas.

Este es el nombre que reciben las larvas de los insectos del Orden de los Lepidóp-
teros y que son muy conocidas como comedoras de hojas u otras partes de las
plantas. Pero hay que recordar que sólo son una fase del ciclo biológico de estos
insectos que comienza con los huevos. Tras la fase oruga se forma una crisálida,
donde se realiza la metamorfosis, de la que emerge un adulto que es una maripo-
sa.

Son numerosas las especies de orugas que afecta a los cultivos hortícolas, por lo
que se ofrecen en esta Guía unas recomendaciones generales.

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

Es importante estar pendiente de la aparición de la población inicial, que con
su puesta dará lugar a la primera generación. Para detectar los primeros adultos son
muy útiles las trampas de feromonas, ya que permiten registrar una curva de cap-
turas y determinar la época aproximada de la puesta y la eclosión de los huevos.

Hay que recordar que cada feromona es específica de cada especie de lepi-
dóptero, por lo que si no se conoce la especie que está presente, será difícil tener
éxito. Lo más común es la colocación de una batería con las feromonas de las
especies más probables o comunes. También hay que señalar que la captura con
estas trampas reduce de manera importante la incidencia de algunas especies si
se disponen suficientes trampas (captura masiva). Para las especies de hábitos noc-
turnos se pueden utilizar además las trampas de luz.

Es muy importante, tanto, el conocimiento de la especie o especies presentes
en cada cultivo, así como de su ciclo biológico, ya que los tratamientos con pro-
ductos autorizados, como Bacillus thuringiensis deben efectuarse en los primeros
estadios de las larvas para que su eficacia sea mayor y se pueda evitar que las oru-
gas hagan daños a los cultivos. Se recuerda que para mejorar los resultados de los
tratamientos con Bacillus hay que añadir un mojante y un poco de azúcar como
cebo.

También hay que tener en cuenta que existen numerosas especies de parásitos
y depredadores que constituyen un importante refuerzo para control biológico de
las orugas, como Apanteles glomeratus, parasito de las orugas de la col

Es importante conocer algunas especies como:

La oruga de la col (Pieris brassicae y Pieris rapae): es muy común y ataca exclu-
sivamente a crucíferas, especialmente coles y coliflores, tiene el cuerpo de color
verde amarillento con manchas negras; la pupa se cuelga de paredes y troncos; el
adulto es una mariposa de color blanco con manchas negras en las hojas.

Los gusanos grises: plaga muy común en todos los cultivos, son varias especies
de hábitos nocturnos, se ocultan durante el día y comen durante la noche. Las oru-
gas son de coloración grisácea y se ven casi siempre enrolladas. Los años más peli-
grosos son aquellos de invierno y primavera seco, ya que la humedad y el frío baja
mucho sus poblaciones.

Orugas de las hortícolas: incluyen diversas especies frecuentes en la época
cálida como la rosquilla negra (Spodoptera littoralis), la heliotis (Helicoverpa armige-
ra, también llamada oruga del tomate) las plusias (Autographa gamma y Chryso-
deixis chaicites), en general presentan varias generaciones al año y son muy vora-
ces.

Los barrenadores: destacan el barrenador de la alcachofa (Hydroecia xanthe-
nes) y los barrenadores o taladros del maíz (Sesamia nonagroides y Ostrinia nubila-

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7. DESCRIPCIÓN DE LAS PRINCIPALES PLAGAS

lis). Su control es más difícil ya que una vez penetran en los tejidos es imposible
alcanzarlos, por eso el tratamiento a las formas juveniles es fundamental.

La polilla del tomate o Tuta (Tuta absoluta): pequeña palomilla (lepidóptero) de
unos 7 mm de longitud que proviene del continente sudamericano. La actividad es
matinal-crepuscular. De día permanecen escondidos.

Presenta cuatro estadios larvarios. La larva deja de comer y forma capullo en la
propia planta o en el suelo. Los daños se observan sobre brotes, flores y frutos. Sobre
las hojas se alimentan del mesófilo, dejando la epidermis intacta. Las galerías en el
tallo alteran el desarrollo de las plantas afectadas

Estrategia preventiva de control:

- Colocar trampas de agua o de tipo delta con feromonas para detectar la pre-
sencia de la plaga.
- Observar brotaciones jóvenes y frutos pequeños para detectar los primeros sín-
tomas, especialmente bajo el cáliz del fruto.
- No realizar dos tratamientos seguidos con el mismo producto para evitar la
aparición de fenómenos de resistencia.
- Destruir y enterrar los restos de poda, nunca abandonarlos al aire libre porque
serían un sustrato ideal en el que la plaga seguiría reproduciéndose y exten-
diéndose.

Tabla No 16.- Estrategia de control de Tuta absoluta recomendable.


Fuente: adaptado del Boletín de Avisos de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación.


7.4. Los trips.

Insectos que hace años eran casi desconocidos y que desde principios de los 90
han adquirido notoriedad tras la introducción en España de la especie Frankliniella

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GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

occidentalis (trips de las flores), un eficaz vector del devastador virus del bronceado
del tomate (Tomato Spotted Wilt Virus = TSWV) que afecta a diversos cultivos hortíco-
las.

El daño directo que ocasionan los trips se debe tanto a picaduras alimenticias
sobre los órganos vegetales, como a pequeñas rozaduras ocasionadas por sus
movimientos y también a las picaduras para realizar la puesta de los huevos. En
todos los casos pueden producirse pequeñas lesiones o deformación de los tejidos.

Se pueden controlar en producción ecológica mediante la aplicación de pre-
parados de azufre, azadiractina, aceites parafínicos y vegetales o, con piretrinas
naturales. Aunque en el campo del control biológico se han realizado avances con-
siderables y ya es bastante común recurrir al empleo de eficaces depredadores
como Orius laviegatus y Amblyseius swirskii, que en todo caso complementan la
acción de la abundante entomofauna generalista.

7.5. Escarabajo de la patata:

El escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata) fue introducido de Nortea-
mérica hacia 1920, extendiéndose rápidamente por todos los países europeos.

Ataca a patata, berenjena y a veces al tomate, produciendo daños cuantiosos,
llegando a destruir las plantaciones.

El adulto es un escarabajo de 10 a 12 mm, amarillo con rallas negras que le da
un aspecto inconfundible. Realiza la puesta en el envés de las hojas agrupando los
huevos en plastones de 20 a 50 individuos. Las larvas son rojizas y muy voraces.

Para su control, además de la recogida manual, muy útil en pequeñas superfi-
cies, antiguamente se aplicaba caldo arsenical, ahora son más efectivos los trata-
mientos con Bacillus thuringiensis y azadiractina.

7.6. Las arañas rojas.

El ácaro más frecuente en los cultivos hortícolas es la araña roja (Tetranychus urti-
cae), que ataca a gran número de especies: patata, tomate, berenjena, judía, gui-
sante, melón, sandía, pepino, fresón, etc.

Se sitúan en el envés de las hojas, y su pequeño tamaño hace que sean difíci-
les de observar si o se dispone de una lupa, aunque sus efectos si son perceptibles:
decoloraciones, manchas amarillentas que pueden llegar a secarse, y la clásica
telaraña en el envés.

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7. DESCRIPCIÓN DE LAS PRINCIPALES PLAGAS

Su óptimo ecológico lo alcanzan en pleno verano, con temperaturas altas y
ambiente seco.

Su control más efectivo se realiza con azufre, aunque también son muy eficaces
los aceites parafínicos, para los cuales hay que observar las mismas precauciones
que para el resto de aceites: no aplicar con temperatura muy alta, sin sazón, con
plantas débiles o enfermas y su incompatibilidad con el azufre, debiendo guardar
un plazo de espera de 3 semanas entre ambas aplicaciones.

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8. DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES MÁS IMPORTANTES

8. DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES MÁS IMPORTANTES
Josep Roselló i Oltra
Estación Experimental Agraria de Carcaixent,
Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, Generalitat Valenciana


El diagnóstico de las alteraciones sanitarias en los cultivos necesita de un conoci-
miento de las causas, cuanto más intenso mejor. A nivel práctico la experiencia de
los casos vividos es una buena ayuda para prevenirnos y poder evitar muchos pro-
blemas; otras veces es necesario consultar con profesionales más experimentados.

En la descripción que se realiza a continuación se utilizan denominaciones
genéricas comunes, aunque los agentes causales sean especies diferentes del mis-
mo o de distinto género.

Se puede realizar una clasificación de las enfermedades de las hortalizas en fun-
ción de los agentes causales: hongos, bacterias o virus. También, desde un punto
de vista práctico, teniendo en cuenta la zona de los vegetales afectada: enferme-
dades del suelo y de la parte aérea.

8.1. Hongos del suelo.

Entre los distintos hongos que pueden afectar a las raíces, se destaca, por su impor-
tancia el género Rhizoctonia: que se ve muy favorecido por la humedad en la
superficie del suelo y forma manchas (grupos) de plantas afectadas que crecen
cada año. Existen diversas especies, más o menos especializadas; así mientras Rhi-
zoctonia violeta ataca a raíces y tubérculos; las distintas cepas de Rhizoctonia par-
da provocan lesiones en raíces, cuello e incluso hojas y frutos de numerosas plan-
tas.

En aquellos suelos con antecedentes de estas enfermedades es conveniente
tomar medidas preventivas para limitar su evolución y expansión: evitar encharca-
mientos, mejorar el drenaje, regar moderadamente, aplicar materia orgánica para
mullir el suelo y favorecer su aireación, hacer el cultivo en mesetas, ..., etc.

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Rhizoctonia violeta puede afectar al espárrago si se utilizan “garras” contamina-
das o, si la parcela ha tenido cultivos que albergan al patógeno, como zanahoria,
remolacha o alfalfa. Por el contrario cultivos como gramíneas y liliáceas son desfa-
vorables al hongo.

En las crucíferas los síntomas de Rhizoctonia parda varían según las condiciones
del medio, la edad de las plantas y la cepa implicada presentándose como marras
de nascencia, “pie negro” e incluso daño en hojas. Rhizoctonia parda afecta a la
judía provocando manchas rojizas en tallo y cotiledones jóvenes, sin embargo pasa-
dos unos 20 días ya son resistentes al hongo.

Rhizoctonia solani (viruela de la patata) ocasiona el colapso de la parte aérea
de las plantas, pudiendo afectar también a los tubérculos. La mejor forma de con-
trolarla es por medios preventivos: desinfección del material de reproducción y dise-
ño de rotaciones amplias para reducir el inóculo en el suelo. También afecta a otras
solanáceas y al cultivo de alcachofa.

8.2. Hongos del cuello.

Son importantes Pythium sspp. y Phythophtora sspp. El primero se conoce como “el
mal del semillero”, ya que afecta a semillas recién germinadas y al cuello de las
plantas jóvenes en las que produce una pudrición húmeda que provoca muchas
marras de nascencia. Necesita humedad y temperaturas moderadas y no existe
tratamiento efectivo para su control, aunque afortunadamente cuando la planta
presenta las hojas verdaderas ya es resistente a este hongo, por lo que los viveros
intentan evitar las paradas en el crecimiento del plantel ya que entonces son muy
sensibles Pythium.

Phythophtora también provoca daños en los semilleros y en el terreno definitivo.

Las leguminosas presentan muchas marras cuando encuentran demasiada hume-
dad en el momento de su germinación; el trasplante es también una época críti-
ca, sobretodo cuando se realiza a raíz desnuda. El hongo provoca una mancha
oscura que mata a la planta cuando rodea el cuello. Conviene evitar las condicio-
nes favorables y que el agua de riego moje el cuello de la planta, por lo que un
buen drenaje es muy importante.

Entre las solanáceas, la Phythophtora del suelo no suele ser muy importante en
tomate y berenjena, pero en pimiento, Phythophtora capsici, puede ser limitante, ya
que se difunde con el agua de riego.

Pythium puede afectar de manera importante los semilleros de cucurbitáceas si
la temperatura es fría y húmeda. Dentro de las leguminosas, la judía es la especie
más afectada por el hongo que provoca numerosos fallos de siembra en suelos

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8. DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES MÁS IMPORTANTES

compactos y húmedos; el guisante también sufre ataques de Pythium aunque de
forma menos intensa; mientras que las habas son más resistentes.

8.3. Hongos vasculares.

Son hongos especializados que pasan de la raíz a los vasos conductores de savia
de las plantas y con su crecimiento los taponan, ocasionado marchitamientos y
aspecto decaído en las plantas. Los más frecuentes son Fusarium y Verticillium;
ambos afectan a numerosas especies y son incurables, aunque Fusarium es más
rápido que Verticillium.

Es muy importante evitarlos con una rotación de cultivos adecuada. Últimamen-
te se han popularizado los injertos, especialmente entre las cucurbitáceas, sobre
pies más resistentes de otro cultivar de la especie o de otra especie de la misma
familia.

Verticilium afecta a todas las solanáceas, pero en especial a berenjena, mien-
tras que en tomate es más importante Fusarium. Las cucurbitáceas, tanto el melón
como la sandía y el pepino, son muy sensibles a las fusariosis vasculares, siendo el
origen de las técnicas de la solarización y el injerto.

8.4. Hongos de la parte aérea.

Hongos superficiales: son aquellos que provocan pudriciones en los órganos de las
plantas que tocan el suelo, ya que el inóculo se encuentra en el suelo, aunque el
daño también puede afectar a la parte aérea de la planta. Los más importantes
son Sclerotinia y Botrytis, aunque ésta puede afectar la parte alta de la planta si las
esporas llegan por salpicadura de la lluvia u otros medios.

Ambos hongos producen pudriciones húmedas, llamadas pudrición blanca la
de Sclerotinia, y pudrición gris la de Botrytis, por el color de sus micelios respectivos.

También tienen en común que son muy polífagos, es decir afectas a muchas espe-
cies de cultivo; de difícil control; y que producen esclerocios, que son órganos espe-
cializados donde el hongo pasa las épocas adversas esperando las condiciones
adecuadas de clima y hospedante para evolucionar y producir nuevas infestacio-
nes.

En solanáceas Botrytis cinerea puede aparecer cuando falta luz y hay humedad
suficiente, por lo que son importantes las prácticas de cultivo como: marco de plan-
tación adecuado, evitar la humedad y favorecer la ventilación. Entre las cucurbitá-

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ceas, el pepino es el más sensible a Botrytis y Sclerotinia. Las judías pueden ser afec-
tadas en la fase de floración ya que los pétalos marchitos sirven de sustrato a estos
hongos. Sclerotinia puede afectar también a las zanahorias empajadas para pasar
el invierno, ya que se crea un microclima favorable para su evolución. Entre las liliá-
ceas, ambos afectan a cebolla, chalota, ajo y puerro, siendo necesario uso de
semilla vegetativa sana y rotación larga de cultivo para limitar su presencia.

En los cultivos de lechuga y escarola se presentan casos especiales con ambas
especies, ya que pueden provocar grandes pérdidas por pudriciones en el cuello y
hojas de las plantas. El ataque se inicia a partir de la “base nutritiva” que represen-
tan para los hongos las primeras hojas muertas, por viejas o por ataques de mildiu
o bacterias, después toda la planta resulta afectada. Se puede dar el caso que la
planta afectada muestra tardíamente la pudrición, cuando ya las piezas se han
puesto en el mercado, ocasionando también graves problemas económicos. Los
tipos de lechuga de hoja erecta y espesa (romanas, algunas batavias) son más
resistentes que las de hoja mantecosa y porte extendido. La escarola es algo más
resistente.

Frente a estos hongos son posibles técnicas de control biológico, utilizando hon-
gos antagonistas como Coniothyrium minitans y otros del género Trichoderma, que
consiguen buen control frente a Sclerotinia. También se citan buenos resultados
frente a Botrytis, aunque éste tiene una gran dependencia de las condiciones cli-
máticas, por lo que la clave está en la capacidad de controlar o modificar la tem-
peratura y la humedad para situarlas fuera del óptimo del hongo y conseguir así que
se frene el ataque.

8.5. Hongos de la hoja, tallo y fruto.

Los mildius son polífagos y requieren temperaturas moderadas y humedades altas,
por lo que son muy frecuentes después de lluvias. Son hongos internos, es decir viven
dentro de los tejidos. A veces se observa en el envés de las hojas una pelusilla blan-
ca que corresponde a las estructuras reproductoras que salen al exterior por los esto-
mas de éstas.

Esta situación interna dificulta su control, por lo que la estrategia adecuada ha
de ser preventiva. Las sales de cobre son las más efectivas, aunque presentan diver-
sos inconvenientes: el principal es que el cobre es un metal tóxico que se debe res-
tringir, por lo que el Reglamento regula las cantidades máximas a aportar por super-
ficie y tiempo; también afecta negativamente a las plantas jóvenes, deteniendo su
crecimiento, por lo que hay que evitar su aplicación en estas fases; y por último, que
sólo está protegida la parte tratada, mientras que los nuevos tejidos crecidas con el

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8. DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES MÁS IMPORTANTES

tiempo carecen de protección. También son de utilidad los productos que refuer-
zan y endurecen las plantas (fitofortificantes), entre ellos los extractos vegetales.

Son importantes los mildius del tomate y la patata (Phythophtora infestans), que
se deben prevenir en función del ciclo de temperaturas y humedad. Otro tipo de
mildius son los de las cucurbitáceas (Peudoperonospora cubensis) afectando, espe-
cialmente, las hojas de pepino y melón. El mildiu del guisante puede ser peligroso
por lo que interesa suprimir los primeros focos. Entre las crucíferas el mildiu afecta
especialmente a las plantas jóvenes por lo que las atenciones en semillero son
necesarias para evitar problemas. Remolacha, espinaca y acelga pueden ser afec-
tadas por mildius específicos que dañan las hojas y las deprecian comercialmente.

El mildiu en lechuga (Bremia lactucae) puede provocar numerosos daños en épo-
cas lluviosas, sin embargo desaparece cuando las temperaturas máximas superan
los 30o C; se recomienda siempre un buen drenaje y no regar antes del amanecer
o con tiempo nublado.

Las recomendaciones generales que se establecen para el control de los mil-
dius son: favorecer la aireación al máximo, eliminar los restos de la vegetación afec-
tada y realizar tratamientos con sales de cobre y preparados fitofortificantes.

Los oidios son también polífagos y generalmente viven sobre las hojas, aunque
algunas especies son de evolución interna. Necesitan temperaturas altas y hume-
dades medias o bajas, por lo que son hongos típicos del verano. Al vivir sobre la hoja
es más fácil acceder a ellos en las estrategias de control.

El producto más efectivo para controlarlos es el azufre, que puede ser aplicado
con diversos grados de finura (tamaño de la partícula), lo que condiciona su efec-
tividad. El inconveniente del azufre es que aplicado con temperaturas altas, del
orden de 35o C, puede dañar a la planta ocasionando quemaduras en los tejidos,
por lo que se recomienda aplicar por la mañana temprano o por la tarde, si ello no
es posible se deben emplear formulaciones de azufre más fino que será menos fito-
tóxico y también menos efectivo. Cabe recordar la incompatibilidad del azufre con
los aceites, por lo que, si se utilizan ambas materias, se debe guardar un plazo míni-
mo de tres semanas entre las aplicaciones.

La familia de las cucurbitáceas es especialmente sensible, todas las especies
pueden ser afectadas por los distintos oídios (Erysiphe polyphaga, E. polygoni, E.
cichoracearum y Sphaerotheca fuliginea).

8.6. Enfermedades causadas por bacterias.

A las bacterias se las considera parásitos de la debilidad, en el sentido de que son
patógenos poco agresivos y necesitan de una planta débil para afectarla. Así son
preocupantes las situaciones en que la plantación tiene dificultades, por encharca-

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mientos, heridas u otros problemas, ya que en esas situaciones pueden aparecer
enfermedades bacterianas. La solución, como ya se adivina, es tener una planta-
ción vigorosa y sana.

Las enfermedades bacterianas son poco frecuentes, pero son importantes por-
que, además del daño potencial, el patógeno queda en el suelo y puede reinfec-
tar nuevas plantaciones, por lo que se aconseja siempre una larga rotación para la
especie afectada por una enfermedad bacteriana.

A diferencia de las enfermedades producidas por virus, para las cuales no hay
productos fitosanitarios que los controlen, para el control de las bacterias se pueden
realizar tratamientos preventivos con sales de cobre.

Las enfermedades bacterianas también son frecuentes en los almacenes de
productos hortofrutícolas, ya que las condiciones de almacenamiento amontonan-
do en ocasiones productos como patatas o cebollas dificultan la ventilación y
aumentan la temperatura por la respiración de dichos productos y se crean condi-
ciones muy adecuadas para la evolución de las bacterias presentes que pueden
provocar pudriciones en el género.

En la producción de semillas de leguminosas hay que prestar mucha atención
a las grasas bacterianas, que se transmiten por semilla y atacan a plántulas, hojas
y vainas. La producción de semilla sana es una condición esencial para el control
de estos problemas, para ello hay que buscar zonas secas, con riego de pié y plan-
tas entutoradas (que las vainas no estén en contacto con el suelo) para la produc-
ción de semilla.

Tabla No 17.- Las bacterias en las plantas.


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8. DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES MÁS IMPORTANTES

8.7. Enfermedades causadas por virus.

El mundo de los virus es complejo y fascinante, para los estudiosos de la materia, ya
que para los agricultores son verdaderos problemas, porque las plantas que enfer-
man no se pueden curar. Así pues, las estrategias para su control deben ser siem-
pre preventivas y para aplicarlas con efectividad los productores deben tener cono-
cimientos básicos del tema.

Generalmente los agricultores son conscientes de la presencia de la enferme-
dad vírica cuando detectan sus síntomas en las plantas. En ocasiones éstas detie-
nen su crecimiento, sus hojas pueden presentar amarillez o listas variegadas de
colores que van del verde claro casi amarillo al verde oscuro, rojizo o amoratado;
en otras, son los frutos los que evidencian su presencia por la aparición de anillos,
pequeñas áreas necrosadas, ligeras deformidades, abultamientos..., etc.

Los daños que ocasionan los virus son en general graves, aunque depende del
tipo de agente, del cultivo de que se trate y sobre todo, del momento de ciclo en
que se encuentre: si el virus entra en el cultivo en sus primeras fases de desarrollo,
(partiendo de la premisa de que no se puede controlar), y el grado de afección es
elevado, suele ser recomendable levantar dicho cultivo para no incurrir en más gas-
tos y posteriormente optar por otro que no sea sensible; ahora bien, si la enferme-
dad llega en la etapa final del cultivo es posible que no ocasione demasiados tras-
tornos en la economía de la explotación, aunque habrá que tomar medidas para
que no infecte a los cultivos siguientes.

Las enfermedades causadas por virus pueden llegar a las plantas por diversos
medios.

- Los hay que se transmiten por las semillas.
- Otros lo hacen de forma mecánica, por ejemplo en las labores de poda o
desbrote, ya sea con las manos o con los utensilios que se empleen.
- La mayor parte los transmiten insectos vectores, como los trips (F. occidentalis
es uno de los más eficaces y principal distribuidor del conocido virus del bron-
ceado del tomate), moscas blancas (Bemisia tabaci sobre todo) o pulgones
(A. gossypii, M. persicae, ..., como en el caso del virus del mosaico del pepi-
no).
- Incluso hay algunos casos, el cribado del melón, en que son transmitidos por
hongos del suelo como Olpidium.

Es fundamental que los agricultores conozcan esto, o que consulten con profe-
sionales cualificados, para tomar decisiones acertadas que minimicen la presencia
y los daños de las enfermedades víricas.

89GUÍA DE AGRICULTURA ECOLÓGICA DE CULTIVOS HORTÍCOLAS AL AIRE LIBRE

Es recomendable instalar en los invernaderos mallas que eviten la entrada de
insectos vectores. En los cultivos al aire libre se deben implantar setos que sirvan
para aislar y también de refugio a los enemigos naturales de los vectores; también
pueden protegerse las plantas con manta térmica o algo similar en los primeros
momentos en que son más sensibles. En ambos casos se puede recurrir al control
biológico de dichos vectores y si fuera necesario, al control químico con productos
autorizados.

Evidentemente hay que utilizar material vegetal sano, ya sean semillas, esquejes
o plantas. De hecho las empresas de semillas ofertan actualmente una amplia
gama de variedades con mecanismos de tolerancia o resistencia frente a determi-
nados virus.

Hay que procurar en todo momento que los cultivos evolucionen de forma orde-
nada y no sometidos a situaciones de estrés que siempre los hacen más vulnera-
bles a cualquier enfermedad.

A continuación se relacionan algunas de las virosis descritas en los distintos culti-
vos en España (Dra. Jordá, Curso PI FECOAV, 2009):

- Virus del amarilleo del melón (Beet pseudo-yellows closterovirus, BPYV): es trans-
mitido por la mosca blanca de los invernaderos (T. vaporariorum).
- Mosaico del pepino (Cucumber mosaic cucumovirus, CMV): se transmite por
pulgones y afecta a multitud de cultivos (tomate, pimiento, melón pepino,
sandía, espinaca, platanera, papaya, pino, ...; también plantas ornamentales
como la Dalia, la Begonia o el Crisantemo); y a un amplio grupo de plantas
silvestres.
- Virus de las venas amarillas (Cucumber vein yellowing ipomovirus, CVYV): lo
transmite Bemisia tabaci.
- Virus del amarilleo del melón (Cucurbit yellow stunding disorder crinivirus, YSDV):
en este caso es Bemisia tabaci la encargada de su transmisión.
- Virus del cribado del melón (Melon necrotic spot carmovirus, MNSV): se trans-
mite por semilla y por Olpidium bornovanus.
- Virus de la papaya o Mosaico I de la sandía (Papaya ring spot potyvirus ,PRSV-
W/ WMV-I).
- Mosaico de la sandía II (Watermelon mosaic II potyvirus, WMV-II): se transmite
por pulgones.
- Mosaico amarillo del calabacín (Zucchini yellow mosaic potyvirus, ZYMV): tam-
bién se transmite por pulgones.
- Virus del mosaico de la lechuga (Lettuce Mosaic Virus, LMV): se transmite por
semilla y por pulgones.

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8. DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES MÁS IMPORTANTES

- Virus del bronceado del tomate (Tomato Spotted Wilt Virus, TSWV): lo transmite
el trips F. occidentalis y afecta a multitud de cultivos (tomate, pimiento, beren-
jena, lechuga, escarola, haba, judía, apio, alcachofa, ..), plantas ornamenta-
les y también silvestres.
- Virus del mosaico del tomate (Tomato Mosaic Virus, ToMV): se transmite tanto
por semillas como de forma mecánica, por lo que hay que tener cuidado con
los restos del cultivo.
- Virus del enanismo racimoso del tomate (Tomato Bushi Stunt Virus, TBSV): se
transmite por las semillas, el suelo y el agua de riego.
- Virus del colapso del tomate (PepMV).
- Virus de la cuchara (Tomato Yellow Leaf Curl Virus, TYLCV): no se ha podido
demostrar su transmisión por semilla, pero sí claramente por Bemisia tabaci.
- Tomato Chlorosis Crinivirus (ToCV): se transmite por Trialeurodes y por Bemisia.
- Tomato Infectious Chlorosis Virus (TICV): en este caso es Trialeurodes la encar-
gada de su transmisión.
- Virus X de la patata (Potato Virus X), PVX): se transmite de forma mecánica.
- Big Vein de la lechuga que los transmite el hongo de suelo Olpidium brassicae.
- Mosaico común de la judía: se transmite por semilla y por pulgones. Mientras
que el mosaico amarillo se transmite por pulgones.
- Enanismo amarillo de la cebolla (Onion Yellow Dwarf Virus, OYDV): Myzus asza-
lonicus es el responsable de su transmisión.

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