El
agua de mar es el 97% del total del agua en nuestro planeta, y según
una serie de prejuicios no se puede beber, no se puede usar sin tratar y
no sirve para regar, entre otros. El agua dulce sólo es el 3% del
total, y de ésta sólo tenemos acceso a un 0,06% porque el resto se
encuentra entre glaciares, acuíferos profundos, tierras heladas y
atmósfera.
El 70% de la poca agua dulce de que
disponemos la consume el riego, el 20% se lo llevan los procesos
industriales y tan sólo un 10% se aplica al consumo doméstico. Para
regar se consume gran cantidad de agua y es poco lo que necesitamos a
nivel doméstico.
El riego es sin duda una de las grandes
asignaturas pendientes de la humanidad, el aumento constante de la
demanda de alimentos debido al creciente incremento de la población, y
el hecho de que la temperatura del planeta asciende progresivamente
propiciando sequías, y por ende, la falta de producción de alimentos,
hace que debamos empezar a actuar ya en consecuencia con los cambios que
estamos experimentando. Investigadores de Aqua Maris plantearon el agua
de mar como una posible solución a estos problemas.
Desde siempre el mar ha regado las zonas
cercanas a la costa, adentrándose bajo tierra y manteniendo siempre
húmedo el subsuelo, haciendo el mismo trabajo que los acuíferos de los
ríos. Las plantas con una mayor capacidad para aprovechar el agua de mar
se encuentran en las zonas más cercanas al mar, mientras que las otras
se encuentran más al centro y en zonas más elevadas, aprovechando la
continua humedad subterránea que le proporciona el agua de mar.
Los dos modelos que consideraron más
eficientes para regar con agua de mar son los que muestra la naturaleza.
Entonces crearon una capa freática con agua de mar para mantener el
subsuelo siempre húmedo o adaptando las plantas a la salinidad del agua
de mar (como puede ser la acelga), cultivándolas en un suelo que tenga
la capacidad de drenar el exceso de sales. ¿Cúal sería el comportamiento
del agua y los minerales bajo tierra?
El agua de mar no mata las plantas
En el primer jardín creado en 2006 regado
exclusivamente con agua de mar, durante 7 años siempre se mantuvo
verde.Esto demuestra que realmente se puede usar el agua de mar para
riego de cultivos o jardines. Lo importante es aprender a utilizarla y
conocer el funcionamiento que tiene en distintos tipos de terreno.
Luego, en un jardín escalonado de 3
niveles se comparó el rendimiento de una misma especie a diferentes
distancias del agua, para demostrar que lo más importante no es la
planta, sino el terreno. En esta prueba se observó que el mismo tipo de
semilla de rúcula experientaba crecimientos totalmente distintos según
el nivel. Hay que añadir que lo más sorprendente de todo fue que el
sabor cambiaba en función de la distancia al agua de mar.
También se crearon dispositivos con un
bidón de plástico de 1000 litros cortado por la mitad, con la finalidad
de hacer un sistema de riego para zonas desérticas con el mínimo coste
posible. Los bidones únicamente contienen arena de playa y una entrada
de agua de mar.
Cuando hablamos de agua hipotónica
hacemos referencia a una mezcla aproximada de entre un 2% y un 10% de
agua de mar en agua dulce. Este tipo de riego lo realizaron entre una y
dos veces por semana en plantas regadas normalmente con agua dulce de la
red. El objetivo fue remineralizar el terreno y aportarle a la planta
la variedad de minerales que ofrece el agua de mar, evitando en todo
momento una sobresaturación de sales. Los resultados fueron muy buenos,
incluso algunas plantas que estaban decayendo se recuperaron.
Aqua Maris es una Fundación cuya
finalidad es investigar y divulgar las propiedades terapéuticas y
nutritivas del agua de mar (AM); además de nuevos usos como cosmética,
riego o cocina entre otros. También dedicamos gran parte de nuestro
esfuerzo en hacer del AM un recuso conocido, útil y accesible a todo el
mundo.
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